Alejándonos un poco del contexto político, hoy quiero compartirles una anécdota que creo es importante entre “fanaticada” y entre los que hemos admirado la historia de Diomedes Díaz Maestre. No por sus momentos de excesos sino más bien desde la historia de aquel que se levanta de la nada.
Diomedes Díaz en Ocaña |
Por: Yamid Rodriguez Manzano
Locutor RCN Rumba Ocaña y abogado.
Alejándonos un poco del contexto político, hoy quiero compartirles una anécdota que creo es importante entre “fanaticada” y entre los que hemos admirado la historia de Diomedes Díaz Maestre. No por sus momentos de excesos sino más bien desde la historia de aquel que se levanta de la nada.
La historia de Diomedes da para que cada uno de nosotros reflexione sobre lo que hemos logrado en la vida, lo que hemos conseguido, padecido y disfrutado.
Para el “Cacique de la Junta” las cosas no fueron fáciles, llego a este mundo en medio de la pobreza y vicisitudes que más de una vez lo llevaron a pensar en tirar la toalla, no solo por la falta de apoyo sino también por el “desafine” que tenia a la hora de cantar.
Los esfuerzos de sus padres sobre todo de su madre fueron definitivos para alcanzar sus sueños, sin amigos en sus comienzos ni en la parte final de su vida logro darle una “patada” a la pobreza que lo golpeaba no solo desde lo económico, también desde lo sentimental ya que con ese bolsillo vacio, obvio quien lo iba a mirar. Aun así logro enamorar más de una docena de mujeres con el solo “palabreo” o cuento que sin duda llevaron a más de un ramillete a la cama.
A Diomedes lo conocí desde que tengo razón, pues a través de sus canciones por allá en los años 80 cuando comencé a distinguir cada una de ellas, sobre todo en los programas que se hacían en la radio local, recuerdo “Fiesta Vallenata” cuya presentación estaba en manos de Eduardo Candia. “Diana” “Bonita” “Tres canciones” eran las que solicitaban y cantaban los fanáticos de esta región del país.
Como corría el tiempo, igualmente crecían las ganas de conocer al cantante, mi sueño, fue así que solo cuando logre llegar a la Radio pude hacer realidad. La primera vez fue de lejos, el bus donde se encontraba cerca a la Plaza 29 de mayo, lo rodeaban seguidores con botella en mano, algunos le llevaban camisetas para ser autografiadas otros cualquier servilleta del “Hotel Hacaritama” y hasta el más osado se acercaba con su Lp con la marca respectiva “pertenece a la familia tal” la locura que se vivía en sus presentaciones no terminaban ahí, Diomedes tenía una energía especial, indescriptible.
Con el trago, “los Rueda en Rio de Oro” llego una época de cercanía del Cacique de la Junta que se vio reflejada en su cariño hacia esta parte del país, muchas conquistas, enamoradas, fanáticas, ya que siempre manifestó que Ocaña tenía unas mujeres muy hermosas, “como el pan y la cebolla” seguramente ellas tendrán su propio anecdotario con el gran cantor.
Recientemente logre estar más de cerca a Diomedes, cultivando una buena amistad con su hermano Elver, sus hijos Diomedes Dionisio, Rafael de Jesús y Rafael Santos a quien pude recibir cuando apenas comenzaba carrera, de la mano de Juan Carlos Travecedo y de quien guardo la fotografía del recuerdo cuando éramos unos “pelaos”.
Hace unos años logre estar cerca de él, la primera vez en una presentación en el Club Caza y Pesca, otra creo que fue en el Club Comercio donde lo vi cantar como nunca, esa noche no bebí solo para apreciar en su totalidad el espectáculo, resalto en tarima mi trabajo le echo más de una “puya” a los periodistas nacionales y tuvo tiempo hasta para felicitar a una hermosa seguidora “abuelita” que resulto ser la madre de uno de mis amigos (Nahún Sánchez C).
Esa noche Diomedes ya padecía algunos problemas físicos, lo vistieron en la misma tarima, le esparcieron su infaltable “María Farina” y me obligo a empujarme un trago largo, y ¡claro como no lo iba a aceptar!.
La última vez que lo pude observar fue para un Superconcierto en el estadio, en las mismas condiciones de “alegría” producidas por el trago, Diomedes llegaba un poco ebrio, antes de su presentación lo acompañe hasta el hotel Hacaritama donde después de revisar en forma acelerada su pantalón saco como 300.000 pesos y decidió obsequiárselo a un joven minusválido que llegaba a conocerlo, le dijo “ahí tiene pa que se compre un carro” y soltó la risa ese era Diomedes” luego me invito a subir, me presento a Consuelo su última compañera, saco un gran fajo de billetes de sus bolsillos y los tiro en la cama, ese era el Cacique, desprendido de todo lo que poseía, con un gran carisma y amigo de toda la gente, un ejemplo para los jóvenes artistas sobre perseverancia, humildad, en fin un hombre natural con mas virtudes que defectos, alguien que logro lo que soñó y quiso con el corazón. Un artista que se dio el gusto de desafiar la muerte y la pobreza y decidió vivir la vida de una manera sencilla, un artista que se fue en el mejor de su carrera, con un Cd modelo para la posteridad, y como queriendo decir “se los dejo ahí”.
Diomedes Díaz es y será para la eternidad, el mejor de los mejores, el artista, el loco, el genio, el cantante, pero sobretodo EL SER HUMANO.
Publicado por: Toño Cacique