Con más de 15 personajes, el imitador de mayor reconocimiento de Colombia, trae a la memoria y hasta resucita a artistas emblemáticos del espectáculo. Camilo Ernesto Cifuentes Cortés es un reconocido imitador colombiano que nació en Bogotá y se crió en Popayán. Desde pequeño mostró su interés y habilidad para representar casi de manera idéntica a otros personajes. Estudió medicina pero solo la ejerció un corto tiempo, y de vez en cuando desempeña su rol de doctor, pero sin interés monetario.
Con más de 15 personajes, el imitador de mayor reconocimiento de Colombia, trae a la memoria y hasta resucita a artistas emblemáticos del espectáculo.
Camilo Ernesto Cifuentes Cortés es un reconocido imitador colombiano que nació en Bogotá y se crió en Popayán. Desde pequeño mostró su interés y habilidad para representar casi de manera idéntica a otros personajes. Estudió medicina pero solo la ejerció un corto tiempo, y de vez en cuando desempeña su rol de doctor, pero sin interés monetario.
Lo que más le apasiona es emular a personajes famosos, labor que ha desarrollado durante 20 años a través de shows que lleva por todo el país y a nivel internacional. Una de estas presentaciones llegará a Armenia bajo el nombre ‘Cordialmente Imita2 - recargado’, un espectáculo que promete hacer recordar, cantar y hasta llorar, pero de la risa.
¿Desde cuándo desarrolló el interés por realizar imitaciones?
Desde muy pequeño desarrollé el gusto por este arte, pero al principio era un hobby, solo hasta el año 2000 lo volví una profesión, aunque desde 1997 ya daba los primeros pasos.
¿Cuál fue el primer personaje que imitó?
El primer personaje fue mi padre a la edad de 8 años, pero conocido fue Rod Stewart unos 12 meses después. De los latinos fue Rafael, en una época en que la música para planchar estaba de moda.
Estudió medicina, ¿ejerce esa profesión?
Sí, estudié medicina y ejercí 6 años, fui coordinador de urgencias de mi tierra, Popayán, y en el momento en que me iba a especializar tomé esta alternativa, aún ejerzo pero sin ánimo de lucro, para no dejar atrás algo que también amé.
¿Qué es lo más difícil de hacer a la hora de imitar un personaje?
Lo más difícil es encontrar su esencia, hallar el punto exacto sin llevarlo a una caricatura o quedarse muy corto.
¿Cuál ha sido el más difícil?
Diomedes Díaz, porque no tenía muy claro el sentimiento vallenato ni me gustaba mucho el género, pero ya al escuchar sus canciones me enamoré y al conocerlo me volví fanático de su música, y aunque todas las canciones de él me matan, hay unas que son bellísimas y otras más comerciales. En cuanto a dificultad en la imitación, Marc Anthony, por su calidad vocal, por lo que es tan bajito y por ser tan flaquito y chupado.
¿Cómo elige los personajes para imitar?
Siempre por popularidad, por ejemplo, en estos momentos está muy pegado el género del despecho, como Pipe Bueno, Alzate, Jiménez y Jhon Álex Castaño, de manera que logré incursionar en esta música. Es lo mismo que el reguetón, entonces está Nicky Jam, J. Balvin, etc.
¿Alguna vez pensó que sería tan reconocido por lo que hace?
No, uno jamás piensa que será reconocido por lo que hace, yo lo que hago no lo hago por fama sino por pasión, entonces nunca me ha trasnochado ser famoso, el reconocimiento viene por añadidura como recompensa a un trabajo bien hecho. Yo pienso que esto es popularidad, la fama se puede conseguir a cualquier costo por un escándalo o algo malo, y esa no es la idea, lo ideal es ser recompensado por el cariño de la gente.
¿Qué le hace falta por hacer a nivel personal y profesional?
A nivel personal me faltan muchas cosas, ha pasado la mitad de mi vida y quiero realizar varios planes, ver a mi hija realizada, y a nivel profesional llevar el espectáculo a la mayor cantidad de sitios posibles a nivel nacional e internacional, donde Dios me ponga, ahí estaré, simplemente ser un instrumento de la alegría que él quiere llevarle a la gente.
Fuente: Lily Dayana Restrepo, LA CRÓNICA