Diomedes Díaz, el mejor intérprete de Calixto Ochoa, y al que más le grabó
‘El Cacique de la Junta’, fue desde siempre un gran seguidor de Calixto Ochoa, así lo evidenció desde su niñez en su natal Guajira en donde la música de Ochoa era de gran consumo, por eso cuando se metió en los vericuetos del canto vallenato se propuso rescatar todas esas canciones que cantó y bailó desde niño.
Era como un compromiso ineludible consigo mismo, rescatar en esa nueva etapa del vallenato, las canciones de su ídolo, por eso en la mayoría de sus trabajos incluyó una obra del maestro, muchas de las cuales, las nuevas generaciones, desconocían que eran de Calixto, además, les imprimió un sello personal como si fueran suyas, a tal punto que se identificaban en su momento con las cosas que él también había vivido.
Esta preferencia hizo nacer entre ambos una amistad reverencial, en muchas oportunidades, y fueron solidarios en las vicisitudes, tanto así que en los difíciles momentos que sufrió ‘El Cacique’, siempre tuvo la mano tendida del rey vallenato, y viceversa.
Grabar una canción de Calixto Ochoa era todo un reto para los artistas nuevos, dado el éxito que habían tenido con su interprete original, pero Diomedes aceptó el desafío y lo hizo por primera vez con la obra ‘Amor Ausente’ de Armando León Quintero, que pese a no ser de Ochoa, se rotulaba como de él en el imaginario colectivo, porque para entonces casi todas las canciones que grababa eran de su autoría, lo mismo pasó con ‘Cuna Pobre’ cuyo compositor es Edilberto Daza, con ‘El Errante’ de Máximo, Movíl; o ‘Palmina’ de Joaquín Betín, piezas que fueron conocidas primero en la voz y acordeón de Calixto Ochoa Campo. Y posteriormente en la de Diomedes.
“El amor ausente causa delirio
Porque querer también es sufrir
Mi corazón vive en un martirio
Y de lejanía se puede morir”
Después de esta primera canción que hizo popular Calixto, comenzó un rosario de temas que Diomedes los popularizó para las nuevas generaciones a pesar de la impronta original del autor que las habían catapultado al éxito
Con escasos cuatro años como cantante, Diomedes Díaz, en 1980 le grabó dos temas al maestro en el L.P ‘Para mi Fanaticada’: ‘Palabra Sagrada’, y ‘Penando en Vida’, ambos pasaron la prueba y se certificaba el juntero como el mejor intérprete de Ochoa.
“Si me oyes penando en vida
No digas na’ ni te vayas
A asustar que yo no me he muerta
Son los pasos del pensamiento
Que están siempre donde tu estas”
En seguidilla aparecieron obras como: ‘Sueño triste’, Chispitas de Oro’. Luego en 1982, se corroboró la profunda admiración de Diomedes por su ídolo y le grabó ‘Todo es para ti’, y no conforme con eso tituló la producción musical con ese nombre.
“Muchacha deja esos pensamientos que a ti te matan
Que se me quiere partir el alma cuando te miro
Yo soy tu sombra, soy tu calor y soy tu esperanza
Por eso cada paso que doy estaré contigo”
Al siguiente año le grabó ‘Miriam’, y ‘Por Amor a Dios’. Después aparece otro álbum titulado con una canción de Ochoa Campos: ‘El Mundo’; prosiguieron temas como, ‘Los Sabanales’, el disco de mayor identidad de Calixto, y muy a pesar de su inquebrantable originalidad, Diomedes le dio unos giros melódicos, pero fue impactante también en el gusto de sus seguidores.
En el año 1987, Colombia seguía delirante con la maestría del canto diomedista y continuó el aporte del compositor Calixto Ochoa a quien ese año le grabó, ‘Capullito’, al año siguiente ‘El Parquecito’, en 1989 le grabó dos: ‘Corazón Alegre’, y ‘María Esther’, en 1990 grabó otro clásico. ‘Palomita Volantona’.
“Dónde vas con tanta prisa
Palomita volantona
Por qué pasas tan arisca
Que a nadie le paras bolas”
La racha ganadora siguió con: ‘La Voz del Pueblo’, ‘La Plata’, ‘Así no se Puede Vivir’. En 1997 aparece el tercer disco con el título de una canción de Calixto, ‘Mi Biografía’, tal vez la obra más común en la personalidad de ambos, por los trazos comunes de su niñez, y la pobreza de sus padres.
“Yo recuerdo que mi madre
Cuando yo estaba pequeño
Con sus trajecitos viejos
Me hacía mis pantaloncitos
Cumpliendo con su deber
Pasando miles tormentos y
Así me fue levantando
Hasta que fui un hombrecito”
‘El Esqueleto’, también entró al repertorio que encantaba al hijo de Carrizal, y la cantó con vehemencia, como presintiendo su final triste y doloroso, tal tema lo plasmó en su disco, ‘Volver a Vivir’, después de haber superado uno de los tantos problemas que lo afectaron en las postrimerías de su carrera.
Después de un receso de casi cinco años sin grabarle, reapareció con el disco ‘Las Gemelas’, grabado en la producción ‘Pidiendo Vía’ en el 2003. En el 2005 vuelve a la palestra con la única puya que le grabó: ‘La Sanguijuela’. En el año 2007 en el compacto ‘La Voz’, se registra ‘La Primera Palabra’ otra composición de Ochoa.
En su penúltimo disco trajo a las nuevas generaciones la vieja obra ‘Las Vueltas de la Vida’ la que sería la última canción que le grabó al juglar.
En las producciones que de Fiesta Vallenata, que era un disco que aparecía los fines de años, en estos también se popularizaron temas de Calixto Ochoa en la voz del Cacique tales como: ‘Diana’ en el año 1982, ‘El Solterito’, en 1985; ‘Mi Color Moreno’, en 1995; ‘Morena’, en 1996. También incluyó en unos mosaicos letras de los temas ‘Músico y Chofer’, y la ‘Ciencia Médica’.
“Ya eso no importa, no interesa
Si el enfermo va descompleto
Después que lleven la cabeza
Ya lo demás se lo hacen ellos”.
Redacción, William Rosado
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