La madre de Luz Consuelo Martínez, Doña Evangelina Salazar salió al paso de su yerno Diomedes Díaz Maestre apenas este recorrió el pasillo que comunica la zona privada con la entrada principal del confortable apartamento que tiene el artista vallenato al norte de la capital de Colombia, lo miró a los ojos con respeto y solemnidad y este detuvo sus andar por unos momentos para escuchar con fe y fervor las palabras de oración que esta sencilla mujer, oriunda de Armenia (Quindio) le comenzó a decir en el acto:
Doña Evangelina Salazar, madre de Luz Consuelo. |
La madre de Luz Consuelo Martínez, Doña Evangelina Salazar salió al paso de su yerno Diomedes Díaz Maestre apenas este recorrió el pasillo que comunica la zona privada con la entrada principal del confortable apartamento que tiene el artista vallenato al norte de la capital de Colombia, lo miró a los ojos con respeto y solemnidad y este detuvo sus andar por unos momentos para escuchar con fe y fervor las palabras de oración que esta sencilla mujer, oriunda de Armenia (Quindio) le comenzó a decir en el acto:
-"Que Dios, mijo, me lo lleve y me lo traiga con bien...Padre nuestro que estas…", expresó la madre de la compañera del artista que cerró los ojos y entre murmullos y palabras dio la despedida íntima al hombre que apoya y ha apoyado en circunstancias muy difíciles de su vida.
La oración la escuchó el cantante con atención así el tiempo le apremiara para dirigirse hasta el Aeropuerto Internacional Eldorado, del occidente de la ciudad, donde debería estar con dos horas de anticipación para sellar su pasaporte y partir al extranjero. La tranquilidad de Díaz contrastaba con la premura que su conductor Álvaro Ayala imprimía para tener la camioneta del cantante lista en el parqueadero del sótano del cantante.
-"Amén", remató Díaz Maestre al paso que el reloj marcaba poco más allá de la 1 de la tarde y la prontitud requiriera la presencia de él dos horas antes de partir su viejo hacia Ciudad de México, con destino Monterrey (Nuevo león) donde daría su primer concierto de la gira por el país azteca que se extenderá de miércoles a lunes.
Terminada la oración Díaz Maestre le cogió la cabeza como muestra de cariño, respondió a Consuelo una pregunta que le hizo y afirmó: "¡Vámonos!". Todos los que estaban en el apartamento salieron de su interior y se amontonaron en la entrada del ascensor de esa altísima planta de apartamentos. Solo cuatro abordaron el ascensor: Diomedes Díaz, Luz Consuelo Martínez, Álvaro Álvarez, el eterno amigo del cantante sanjuanero y el narrador de estas líneas.
Consuelo estaba radiante con un maquillaje que privilegiaba los tono rojos con una base de color piel que resaltaba sus atributos de mujery hablaba desprevenidamente con su compañero.
-"Papi me duele la cabeza, tengo ganas como de tomarme una Buscapina".
-"¿Si, mija?…", le dijo Diomedes el que rebuscó entre el bolsillo izquierdo de su chaqueta deportiva y le extendió por sorpresa le mostró unas pastillas del pedido medicamento.
Consuelo sonrió…
-"Papi tu siempre andas con todo…"
-Diomedes sonrió tranquilo mientras Álvaro Álvarez le habló al cantante:
-"Cacique, que tenga un buen viaje, que les vaya muy bien…"
-"Gracias, Varo, nos vemos este martes que vuelva", sentenció Diomedes. En momentos sintió que el pequeño ascensor se detenía en el sótano y se abría…
Álvaro Daza, su conductor, tenía las puertas de la camioneta Lexus, de vidrios oscuros, lista para que él abordara en ese sótano semioscuro.
El cantante subió adelante, Consuelo atrás y la que 'no se pierde una misa con pólvora', "Muñeca", la perrita pinscher de Diomedes, salió despavorida pues se había colado en el ascensor. Daza la cogió, la montó al carro, se puso al volante, pitó en la entrada del estacionamiento para que le abrieran y emprendió rauda carrera al aeropuerto.
Daza alcanzó en minutos la Avenida Boyacá a la altura de la 127 no sin chuparse un trancón de carros que lo obligaba a cambiar de carril constantemente para evadir las dificultades del tráfico. Restaba apenas una hora y medía para que partiera el vuelo y el Cacique era esperado con premura en el aeropuerto por José Alberto Zequeda Mestre, su manager general, y un puñado de seguidores y empresarios que le darían la despedida y el pronto retorno.
Hacia la 1:19 de la tarde llegó a la Avenida Calle 26 con Avenida Boyacá vía que comunica directo con el aeropuerto. Aceleró y se puso a los 4 minutos en el segundo piso del muelle internacional por el que Díaz saldría. Un puñado de personas lo saludó, entre amigos y empresarios, y se internó en la fila hasta alcanzar en punto de atención 61 de Avianca, la aerolínea con la que viajaba a Méjico. Hizo su fila como cualquier parroquiano, asistido por Zequeda. Se acercó al mostrador, entregó el pasaporte, se tomó varias fotos que le solicitaron y salió de inmediato para el embarcadero internacional.
El reloj marcó la 1:32 de la tarde cuando se perdió en las entrañas de la zona de inmigración para irse a hacer lo que durante casi 40 años ha hecho: cantar, cantar, cantar y volver a cantar las veces que haga falta, en su tierra y fuera de ella…pero, pero ¡con mucho gustooooooo!
DIOMEDES DÍAZ Y SU PARTIDA EN FOTOS
(Fotos exclusvas por Héctor Sarasti / REDES DE DIOMEDES DÍAZ
(Bogotá- Colombia)
La suegra y el yerno a manteles en el Cerro e Monserrate. |
Momentos previos a la oración y la salida de Diomedes a Méjico. |
"¡nos vamos!" |
El Cacique orgulloso y Consuelo radiante. |
"Me duele la cabeza, papi" |
La solución del Cacique a la mano... |
Llegando al aeropuerto |
Saliendo para inmigración |
Ya casi listo para abordar |
Adiós, Cacique |
Bueno, Méjico aquí va el vallenato del bueno |
Última toma |
-------------------------------------------------------------------
REPORTERÍA, REDACCIÓN, EDICIÓN Y CONCEPTO PERIODÍSTICO: Héctor Sarasti. JEFE DE PRENSA Y GESTOR DE REDES SOCIALES: Antonio José de León. DIRECTOR ORGANIZACIÓN MUSICAL DIOMEDES DÍAZ: José Zequeda. Julio del 2013
COMENTARIOS