Ese muchacho que yo quiero tanto ese que yo regaño a cada rato me hizo acordar ayer que así era yo también cuando muchacho que sólo me aquietaban dos pengazos del viejo Rafael. Y se parece tanto a papá hombre del alma buena.
Diomedes y Santo |
Ese muchacho que yo quiero tanto ese que yo regaño a cada rato me hizo acordar ayer que así era yo también cuando muchacho que sólo me aquietaban dos pengazos del viejo Rafael. Y se parece tanto a papá hombre del alma buena.
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